viernes, 9 de marzo de 2018

El novio

Ayer se entregaron los premios del 18º Concurso 'Relats de dones' que organiza el Àrea de Serveis a la Ciutadania del Ayuntamiento de Tarragona, el Departamet de Polítiques d'Igualtat y el SIAD Tarragona. -mi relato no ha sido premiado, pero, como de aquí a unas semanas colgarán todos los relatos que han participado en la web del Ayuntamiento, lo publico aquí, que para es mío. Lo he traducido deprisa y corriendo, así que se ha podido colar alguna errata...

EL NOVIO
Todas tus amigas tienen menos tú. La última que se lo echó es Judith, hace meses. Hablan cuando creen que no las oyes. Que si no te gusta ningún chico, que eres una sosa, que a ver si te lanzas de una vez, ¡que tienes quince años! Echas de menos cuando ninguna de vosotras tenia novio, todo era major: quedabais cuando os apetecía, sin que ninguna tuviera que hablar antes con su novio. Tú eres feliz sola, pero parece que eso no pueda ser y que tengas que emparejarte, sí o sí. Además, ahora, cuando quedáis, a veces también vienen ellos y no te sientes cómoda. Tendrás que buscarte novio.

El chico que te gusta ya está pillado, una pena. Así que decides bajar el listón y buscar uno lo más parecido posible. Nada fácil. Y encima tienes que ser rápida, porque los novios de tus amigas hacen bromes con tu soledad: que si eres monja, que si eres una estrecha, que si eres virgen, que si eres... La madre que los parió.

Habéis quedado el sábado para ir al Parc Central. Hoy es el día. Tienes que encontrar un chico que te encaje. O quizás primero tienes que tener algunos rollos. No lo tienes muy claro. Ya irás viendo. Te arreglas y haces cuatro muecas delante del espejo. Pretendías que fueran gestos sugerentes, pero te salen muecas. Resoplas y tragas saliva. Notas algo de nervios en el estómago. Respiras profundamente y sales. Te despides de tu madre y te parece, no sabes por qué, que se huele algo.

La tarde se alarga. Después vais al parque, allí al lado, y hacéis botellón. Bebes mucho. Bebes demasiado. Lo necesitas. A cada sorbo pierdes un poco más el miedo y te sientes más lúcida. Te olvidas de los nervios. Tus amigas y sus chicos te aplauden y ríen cuando te pones a bailar en medio del parque. La música, la ovación de la pandilla, lo que has bebido... sientes que flotas. Lo ves todo claro.

Imagen tomada de http://cdn2.salud180.com/sites/default/files/styles/medium/public/field/image/2010/07/under_pressure.jpg

El domingo te despierta tu madre, enfadada. No sabes cómo ni cuándo llegaste a casa. Lo piensas un poco. Recuerdas un chico, no es desconocido, pero no tienes claro de qué le conoces. ¿Cómo se llamaba? De pronto recuerdas el frío de una pared en tu espalda. Su lengua, grande y caliente, dentro de tu boca. Sus manos en tus pechos. Y luego intentando meterte mano. Te alivias porque recuerdas que le dijiste que parara y, aunque protestó, lo hizo.

Miras el móvil y tienes whatsapp de todas tus amigas. Quieren saber qué tal fue. Si Martí sabe besar. O sea que se llama Martí. Si te ha gustado la experiencia, si llegasteis hasta el final, si volveréis a veros o solo era un rollo. No sabes qué decirles. No quieres quedar mal ni tampoco mentir. Dices que no te acuerdas bien.

Te llama Ruth, que Martí es primo de su novio y que han quedado para verse esa tarde y dar una vuelta. Que tendrías que ir también. Aunque tu madre te dice que falta menos de un mes para final de curso y que no te ve nunca estudiando, vas. Cuando ves a Martí no sabes cómo saludarle. Él lo tiene claro. Se te acerca, te da un beso en la boca y te coge de la mano. ¡Joder! ¡Tienes novio y ni lo sabías! Pasáis la tarde en grupo. Se hace un selfie contigo y lo cuelga en las redes. Te etiqueta. Le pones un me gusta. A la hora de iros, te acompaña a casa. Aprovecháis para contaros algo. No demasiado. Hay más silencios que palabras. La despedida en tu portal se convierte en un si hay que hacerlo, lo hacemos que te hace sentir incómoda. Tú, nerviosa; él, torpe; ni rastro de ternura.

Ahora que tienes novio ya no te hacen sentir la rara de la pandilla, pero eres tú la que se siente extraña. ¿No deberías haber elegido tú a tu novio? Es más, es como si ni siquiera él te hubiese elegido. Además ya sabías que los príncipes azules no existen, hace tiempo. Desde que tus padres se divorciaron tu madre se ha encargado de dejártelo claro. ¿Lo que sientes cuando Martí se te acerca o te toca es lo que se siente cuando te enamores? No te ha parecido sentir las famosas mariposas en el estómago, al contrario, parece que tengas dentro una caja vacía. ¿Qué tenéis en común? No muchas coses. Te preguntes si merece la pena seguir. Le dejarías pero te da miedo que en la pandilla te critiquen. Vuestros perfiles en las redes se llenan de fotos juntos y felices, demostrando que disfrutáis. Tiras para adelante. Y él. Sois dos autómatas. Hacéis todo lo que hacen las demás parejas. Las despedidas en el portal suben de nivel y, al final, consigue meterte mano.

Cuando lleváis tres meses vais a cenar un sábado a una hamburguesería para celebrarlo. Publicáis lo que coméis y fotos de los dos muy amorosos. Después dais una vuelta por la Parte Alta. De repente, empieza a llover, un chaparrón fuerte. La gota fría, se acerca el final del verano. Te coge de la mano y te lleva corriendo hasta un portal, Saca unes llave del bolsillo. Son del piso de su abuela, que está en venta desde que murió. Te invita a subir. Hasta que deje de llover. No sabes qué hacer. Miras el reloj, todavía no tienes que volver a casa. Venga, va... Subís. Entráis, enciende las luces y os quitáis las chaquetas mojadas. Empieza a besarte. Te dejas hacer, al fin y al cabo es tu novio. En el piso hace fresco y huele a cerrado, a polvo y a viejo. Acabáis en el sofá de la salita. Te desabrocha el pantalón.  Te mete mano. No sabes qué hacer ni qué decir. Saca un condón. Te da vergüenza decirle que no quieres hacerlo. Aun así, se lo dices. Pero te recuerda que eres su novia y que tenéis que dar un paso adelante, si no, toda acaba aquí y ahora. Que se buscará otra que no tanga tantos problemas. Que tú misma. Le dices que no estás preparada. I Martí, que sois los únicos de la pandilla todavía no la han hecho. Que madures. Dudas. Todos sabrán que no lo habéis hecho si rompéis. Está claro. A pesar de no estar segura, aceptas.

A partir de ese momento todo va demasiado rápido y al mismo tiempo se te hace largo, interminable. Te da vergüenza estar desnuda, de que te toques in obstáculos, de no saber tocar su cuerpo. Cierras los ojos. Te hace daño. Se lo dices. Relájate y no te dolerá, te dice entre jadeos. Pero no eres capaz. Piensas si se habrá roto el condón y te quedas embarazada. Imaginas la bronca de tu madre. Imposible relajarse. Aguantas su peso, sus envestidas. Sientes su respiración en el cuello. Suda. Empuja, empuja. Se va. Tú no. Tus partes te escuecen. Sale y sientes la humedad entre las piernas. Te da un beso en la mejilla y te dice que te quiere. ¿En serio? Hay un silencio, seguro que espera tu y yo a ti. Pero le preguntas dónde puedes lavarte un poco. Te levantas. Coge el móvil. Que no haga ninguna foto, por favor. Sólo escribe. Estará contando que ya lo habéis hecho. ¿Hace falta...?

Cuando llegas a casa vas a dormir a la cama de tu madre. Lo necesitas. Medio dormida te abraza y te dice pequeña mía. Pequeña... ahora que ya no volverás a serlo. Lloras en silencio.

El recuerdo de esa primera vez te quedará como algo sucio y frío. Vacío de cariño. No tardarás ni un mes en romper, a pesar de la pandilla. Te habrás prometido que no volverás a estar con nadie a quien no quieras de verdad. Aunque aún tardarás en poder cumplir esa promesa. Casi tanto tiempo como el que hará falta para que la pandilla empiece a deshacerse. 

jueves, 8 de marzo de 2018

El xicot

Ahir van lliurar els premis del 18è Concurs 'Relats de dones' que organiza l'Àrea de Serveis a la Ciutadania de l'Ajuntament de Tarragona, el Departamet de Polítiques d'Igualtat i el SIAD Tarragona. El meu relat no va ser premiat però, com d'aquí a unes setmanes penjaran tots els relats partcipants al web de l'Ajuntament, el penjo aquí, que per això és meu. Perdoneu les errades i els castellanismes, faig el que puc...

EL XICOT

Totes les teves amigues en tenen menys tu. L’última que n’ha trobat és la Judith, fa mesos. Parlen quan creuen que no escoltes. Que si no t’agrada cap noi, que ets una sonsa, que a veure si et llences d’una vegada, que tens quinze anys! Trobes a faltar el temps quan cap de vosaltres en tenia, tot era millor: us trobàveu quan volíeu, sense que cap d’elles hagués de parlar abans amb el seu xicot. Tu ets feliç sola, però sembla que això no pugui ser i t’hagis d’emparellar, sí o sí. A més, ara, quan us trobeu, de vegades ells també venen i tu no et sents còmoda. Hauràs de buscar-te’n un, de xicot.

El noi que t’agrada de veritat ja té xicota, llàstima. Així doncs, decideixes abaixar el llistó i buscar un noi el més semblant possible. No és gaire fàcil. I has de ser una mica ràpida, perquè els xicots de les teves amigues fan bromes amb la teva soledat: que si ets una monja, que si ets una estreta, que si ets verge, que si ets... La mare que els va parir.

Imagen tomada de http://cdn2.salud180.com/sites/default/files/styles/medium/public/field/image/2010/07/under_pressure.jpg

El dissabte heu quedat per a anar al Parc Central. Avui és el dia. Has de trobar un noi que t’encaixi. Però potser primer has de passar per alguns rotlles abans de trobar xicot. No ho tens massa clar. Ja ho veuràs. T’arregles i fas quatre ganyotes davant del mirall. Tu pretenies que fossin gestos suggeridors, però et surten ganyotes. Esbufegues i després t’empasses saliva. Sents una mica els nervis a la panxa. Respires profundament i surts. T’acomiades de la mare i et sembla, no saps per què, que s’ensuma alguna cosa.

La tarda s’allarga. Després aneu al parc, allí al costat, i feu litrona. Beus molt. Beus massa. Ho necessites. A cada glop perds una mica més la por i et sents més lúcida. T’oblides dels nervis. Les teves amigues i els seus xicots t’aplaudeixen i riuen quan ets poses a ballar al mig del parc. La música, l’ovació de la colla, el que has begut... sents com si estiguessis surant. Ho veus tot clar.

El diumenge ta mare, empipada, et desperta. No saps ben bé com i quan vas arribar a casa. Fas memòria. Recordes un noi, no és desconegut, però no saps segur de què el coneixies. Com es deia? De sobte recordes el fred d’una paret a la teva esquena. La seva llengua, grossa i calenta, dins de la teva boca. Les seves mans als teus pits. I després intentant-te fotre mà. T’alleugereixes perquè recordes d’haver-li dit que parés i, tot i que va rondinar, ho va fer.

Mires el teu mòbil i tens whatsapp de totes les amigues. Volen saber com va anar. Si el Martí sap petonejar. O sigui que es diu Martí. Si t’ha agradat l’experiència, si vau arribar fins al final, si us tornareu a veure o només era un rotlle. No saps què respondre. No vols quedar malament ni tampoc vols mentir. Els dius que no te’n recordes gaire.

La Ruth et truca, que el Martí és cosí del seu xicot i que han quedat en veure’s aquella tarda per a fer un tomb. Que hauries d’anar-hi tu també. Tot i que la mare et diu que falta menys d’un mes per al final del curs i no et veu mai estudiant, vas. Quan veus el Martí no saps com l’has de saludar. Ell ho té clar. Se t’apropa, et fa un petó a la boca i t’agafa de la mà. Hosti! Tens xicot i no ho sabies! Passeu la tarda en grup. Ell es fa una selfie amb tu i la penja a les xarxes. T’etiqueta. Li poses un m’agrada. A l’hora de marxar, t’acompanya a casa. Aprofiteu per explicar-vos alguna cosa. No gaire. Hi ha més silencis que paraules. El comiat al teu portal es converteix en un com que s’ha de fer, doncs ho fem que et fa sentir incòmoda. Tu, nerviosa; ell, pocatraça; cap rastre de tendresa.

Ara que tens xicot ja no et fan sentir la rara de la colla, però ets tu a sentir-te estranya. No hauries d’haver triat tu el teu xicot? Encara més, creus que ni tan sols ell t’hagi triat. A més, ja ho sabies que els prínceps blaus no existeixen, fa temps. Des que els teus pares es van divorciar, la mare s’ha encarregat de deixar-t’ho clar. Això que sents quan el Martí se t’apropa o et toca és el que es sent quan algú s’enamora? No t’ha semblat sentir les famoses papallones a l’estómac, al contrari, sembla que dins tinguis una capsa buida. Què teniu en comú? No gaires coses. Et preguntes si val la pena continuar. El deixaries però tens por que a la colla et critiquin. Els vostres perfils a les xarxes s’omplen de fotos de tots dos feliços, fent veure que gaudiu. Vas endavant. I ell. Sou com dos autòmats. Feu tot el que fa la resta de parelles. Els comiats al portal pugen de nivell i, al final, aconsegueix fotre’t mà.

Quan porteu tres mesos aneu a sopar un dissabte a una hamburgueseria per a celebrar-ho. Publiqueu allò que mengeu i fotos de tots dos molt amorosos. Després feu un tomb per la Part Alta. De sobte, comença a ploure, un xàfec fort. La gota freda, s’apropa el final de l’estiu. T’agafa de la mà i et porta corrents cap a un portal. Treu unes claus de la butxaca. Són del pis de la seva àvia, que està en venda des que va morir. Et convida a pujar. Fins que deixi de ploure. No saps què fer. Mires el rellotge, encara no has de tornar a casa. Mires el carrer, plou cada vegada més. Vinga... Pugeu. Entreu, encén els llums i us traieu les jaquetes mullades. Tot just comença a petonejar-te. Et deixes fer, al cap i al fi, és el teu xicot. Al pis fa fresc i pudor de tancat, de pols i de gent gran. Acabeu al sofà de la saleta. Et descorda el pantaló. Et fotre mà. No saps què fer ni què dir. Treu un condó. Tens vergonya de dir-li que no vols fer-ho. Tot i això, li dius. Però et recorda que ets la seva xicota i que heu de fer un pas endavant, si no, tot acaba aquí i ara. Que es buscarà una altra que no en tingui tants, de problemes. Que tu mateixa. Dius que no estàs preparada. I Martí, que sou els únics de la colla que encara no l’han fet. Que maduris. Dubtes. Tothom sabrà que no l’heu fet si trenqueu. És clar. Tot i no estar segura, acceptes.

A partir d’aquell moment, tot va massa de pressa i al mateix temps se’t fa llarg, interminable. Tens vergonya d’estar nua, de què et toqui sense obstacles, de no saber tocar el seu cos. Tanques els ulls. Et fa mal. Li dius. Relaxa’t i no et farà mal, et diu entre panteixos. Però no ets capaç. Penses si el condó es deu haver trencat i et deus haver quedat embarassada. T’imagines l’esbroncada de ta mare. Impossible relaxar-se. Aguantes el seu pes, les seves empentes. Sents la seva respiració al coll. Sua. Empeny, empeny. Se’n va. Tu no. Les teves parts et couen. Surt i sents humitat entre les cames. Et fa un petó a la galta i et diu que t’estima. Calia? Hi ha un silenci, segur que espera el teu i jo a tu. Però li preguntes on et pots rentar una mica. T’aixeques. Agafa el mòbil. Que no faci cap foto, si us plau. Només escriu. Sospites que està explicant que ja ho heu fet. Tampoc cal...

Quan arribes a casa vas a dormir al llit de ta mare. Ho necessites. Mig adormida t’abraça i et diu petitona meva. Petitona... ara que ja no ho tornaràs a ser més. Plores en silenci.

El record d'aquella primera vegada et quedarà com una cosa bruta i freda. Buida d'afecte. No trigaràs ni un mes a trencar, malgrat la colla. T'hauràs promès que no tornaràs a estar amb algú que no t'estimis. Tot i que encara passarà un temps abans que puguis complir aquesta promesa. Quasi tant com el que caldrà perquè la colla comenci a dissoldre's.