lunes, 28 de enero de 2019

El fin justifica los medios

Voy con algo de retraso. Las vacaciones de Navidad y la vuelta a la rutina hasta que los engranajes del día a día vuelven a funcionar... Mis meses de enero se hacen cuesta arriba. En fin.

Hoy enlazo aquí mi última publicación del 2018, que ha sido un muy buen año para mis letras: colaboraciones en revistas digitales, confirmación de publicación de un libro que saldrá en 2019, inscripción a un curso de creación literaria presencial (siempre los había hecho online),... A ver qué tal se da 2019.


EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS es un micro de exactamente cincuenta palabras que me publicaron el 29 de diciembre en la web Cincuenta palabras. Todo un reto para mí, que me enrollo como las persianas. Pero lo logré. Podéis leerlo pinchando aquí, no os llevará nada de tiempo, jajaja. Lástima que esta página la cierran dentro de poco, leí que por problemas de tiempo para gestionarla.

miércoles, 23 de enero de 2019

Compro la A de Airon

Hoy se me ha caído el alma a los pies viendo "La ruleta de la suerte". Le tocaba el turno a una de las tres concursantes. Ha dicho una consonante que sí estaba en el panel, ha acumulado el dinero en su marcador y, como tenía suficiente, ha dicho: "Compro una vocal: la A de Airon". Como Jorge Fernández no ha dicho nada, he pensado que yo había entendido mal.


Pero no, en otro panel posterior le ha vuelto a tocar a ella y ha vuelto a comprar "la A de Airon". Entonces sí, Jorge le ha preguntado: "Pero, ¿Airon con A?" Y ella: "Sí, es mi hijo. Es que mi padre es muy fan de Iron Maiden." Y Jorge: "Ah, pues será el único". Y ella: "No, no, cuando fuimos al Registro de Madrid ya había otros seis". Eso no explica por qué el niño se lama Airon y no Iron. Vamos, cuando sea mayor y entienda el origen de su nombre creo que se preguntará por qué no lo inscribieron como Iron en lugar de escribirlo fonéticamente.

Lo que está claro es que si aunamos el derecho a poner el nombre que queramos a nuestros hijos (recuerdo aquellos que querían llamar a su hijo Lobo) y a poder escribirlo como queramos (ejemplo de esto es la reina Letizia, que no Leticia) con que hay nombres que se ponen de moda y es difícil encontrar uno que luego no se repita hasta la saciedad en la clase de tu retoño, la tarea de "bautizar" de manera original y casi única al bebé se complica.

Tendría que estar curada de espanto después de ver algún Yeison en lugar de Jason, Izan en lugar de Ethan o Dayana en lugar de Diana. Pero yo soy así, bastante ortodoxa y de escribir el nombre en su versión original o, directamente, buscar su traducción al castellano y escribirlo tal cual. Nada, lo dicho, cada cual elija los nombres de sus vástagos y ya les dará explicaciones en el futuro.