Hace unos días
Cáritas publicó un informe en el que España queda en el segundo puesto de la
Unión Europea con el mayor índice de pobreza infantil (http://www.huffingtonpost.es/2014/03/27/story_n_5041394.html , si queréis saber
más). Esta noticia viene a sumarse a lo que vemos todos los días por la calle,
sí. El panorama es deprimente. Aunque nos estén diciendo que el país ya empieza
a recuperarse, es imposible creérselo. Hablan en términos de macroeconomía, ya,
bueno, ¿y? A nosotros eso no nos afecta, ni directa ni, por supuesto,
indirectamente. A pie de calle eso no se refleja. Y los políticos no lo ven
porque no la pisan, dudo mucho que se paseen por el centro de sus ciudades. De
hecho vamos de mal en peor. Basta salir a la calle y fijarse.
Imagen tomada de www.tercerainformacion.es |
En una sola
mañana y en un recorrido que he hecho caminando por el Carrer Colom, la Rambla
Nova, Carrer Unió, Carrer Comte de Rius y Plaça de la Font he contado siete personas
o parejas pidiendo: una pareja que decían ser españoles y pedían porque no
tenían tampoco familia que les ayudara; una chica con dos perros; otro chico
con un perro; una anciana extranjera que siempre está medio tirada en la misma
esquina lamentándose a gritos; dos tipos que pedían tabaco “aunque sea un
cigarro para los dos”; una chica que tocaba el violín y una señora jubilada que
ofrece paquetes de pañuelos de papel a cambio de la voluntad porque su pensión
es muy pequeña. Además, había un hombre desaliñado recogiendo colillas de cigarros
no apurados que la gente había echado a los pies de varios árboles. Delante de
la sede (cerrada al público pero con trabajadores todavía dentro) de la caja de
ahorros provincial (absorbida por un banco) había medio acampado un grupo de
unas veinte personas protestando contra los desahucios haciendo el máximo de
ruido posible. Esto antes no ocurría.
Y no sólo se
nota en el centro de la ciudad. En nuestro barrio, a la hora de salida del
colegio, ya han robado dos veces, aprovechan el desorden de gente y coches para
reventar el cristal y llevarse el bolso de la madre confiada que lo deja porque
vuelve en unos minutos. En un solar que se iba a construir, queda el contenedor-oficina
de ventas, desde hace un par de meses lo han ocupado, son al menos dos personas
que han forrado los cristales con papel y viven dentro. Y, para terminar con el
recuento de ejemplos, hace dos semanas entraron a robar en algunos trasteros de
nuestra comunidad de vecinos. No se llevaron ni bicicletas ni nada a lo que
después se le pueda sacar un rendimiento en metálico. Robaron comida.
Así que,
cuando sale el Ministro Montoro diciendo que el informe de Cáritas “no se
corresponde a la realidad” (http://www.elmundo.es/espana/2014/03/28/53359801e2704e48078b4570.html), me dan ganas de estamparle un buen guantazo en toda
la boca. Claro, no se corresponde con su realidad, que no es la nuestra. ¡Qué rabia da esta gentuza!
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