miércoles, 7 de noviembre de 2018

No sé si reír o llorar

No sé si reír o llorar. Hace diez días que entre las 12 y las 13 me llaman desde un número fijo con prefijo de Madrid o desde un móvil para contarme una oferta de la compañía telefónica Lowi. Suena, descuelgo, dígame, un silencio de un par de segundos y, de repente, el bullicio de un call center. Y empieza el teleoperador o la teleoperadora "Buenas tardes (¿A las 12? ¿En qué franja horaria está?), ¿es usted el titular de la línea?" Correcto, soy yo. "Soy Menganit@ y le llamo de la compañía Lowi". Ahí les corto y les digo que no me interesa, que no voy a cambiar de compañía teléfonica.

Los primeros días terminaba allí la conversación. Daba las gracias y colgaba sin darles opción a explicarse. Lo curioso es que desde que decía gracias hasta que colgaba, ellos seguían hablando, ofreciéndome lo que fuera que me tenían que ofrecer. Bien, como no había dicho claramente que no quería escuchar su oferta, han seguido llamando día tras días. "Buenas tardes, llamo de Lowi. No me interesa. Gracias. Adiós". A los cuatro días ya empecé a cansarme. "Mira, ya me habéis llamado varias veces y sigue sin interesarme, no me llaméis más, por favor". Sin enfadarme, ante todo, educación, que los teleoperadores son unos mandados.

Hoy ya le he dicho a la chica que me ha llamado que, de verdad, no entiendo qué técnica de venta es esta, ¿la del agotamiento? ¿La de "el que la sigue la consigue"? Le ha entrado la risa, pobre, me imagino que a ella cada día le dan una lista y, venga, a saco. Nadie le informará de si esa persona ya ha sido contactada antes. Sólo constará que no es cliente de la compañía y, por lo tanto, tiene que convencerle de que lo sea.

Foto tomada de expoknews.com

El departamento de ventas o marketing o como se llame de Lowi (y digo Lowi como podría decir Vodafone, que eran los que me llamaban hace mes y medio o los mismos de Movistar, de quien soy cliente y se empeñan en que me ponga el cable y la fusión y la virgen santa a pesar de que les digo una y otra vez que no) no sé si son conscientes de que esta técnica no funciona. Si yo digo que no me interesa y que no me llamen más y no me escuchan, ¿creen que voy a confiar en ellos como empresa? Pues no, si no me escuchan como cliente potencial, el día que tengan mis datos bancarios van a reírse de mí en mi cara, ¿no?

Creo que esta noche voy a pensar en algún éxito musical del momento y voy a adaptar la letra para cantársela al que me llame mañana. Me hará el mismo caso que me han hecho los diez teleoperadores anteriores, lo sé, pero al menos podrá decir que una de las que ha respondido a su llamada no ha echado pestes, porque es para echarlas.

Y, sí, ya sé que existe la lista Robinson, pero antes igual les digo que estoy en ella, sin estarlo, a ver si tiene algún efecto. En fin, qué paciencia hay que tener.

2 comentarios:

  1. Por mi parte, directamente, bloqueo el número par que no puedan volver a llamar y como no atiendo cuando no aparece el número desde el que llaman, me ahorro muchos problemas.

    Casi todos.

    Saludos,

    J.

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