lunes, 9 de abril de 2012

Las tareas de casa

Lo reconozco, no estoy dotada para gran parte de las faenas del hogar. Cocinar me encanta, muy complicada tiene que ser la receta para que no lo intente. Con el resto de tareas, tendría dificultades para hacer una lista con el top ten de las que menos me gustan. Y es que menos cocinar, en el que lo que haces te lo comes y te quedas tan a gusto, todas las demás tienen un resultado con una cortísima vida. Vamos, que el esfuerzo no compensa, es muy triste.

Yo creo que estoy más apática de lo normal en lo que a las faenas hogareñas se refiere porque siendo hoy día de fiesta he tenido que hacer la escalera y el portal... Sí, increíble, pero en este vecindario seguimos haciendo los vecinos la escalera... somos tres familias y no hay posibilidad de acuerdo, estupendo. El único consuelo es que al ser sólo 3 pisos se hace rápido, pero vaya, lo mismo, no compensa en absoluto.



Así que me voy a desahogar y a escupir sapos y culebras, rayos y centellas por la boca y a ver si así me vuelven las ganas...
- planchar: una perdida de tiempo... planchas y planchas, algunas prendas que están hechas con tejidos que podía venir el que los creó a plancharlas, y luego, al girar la prenda para planchar otra zona: ¡¡oh, no, se arruga y parece que la hayas estrujado a posta!! No hay manera de quitar la arruga. O planchas, la cuelgas en la percha y como tienes el armario hasta arriba de ropa, el día que lo sacas para ponértelo, da más pena que otra cosa. Ahora tengo una enorme montaña de ropa esperando a ser planchada, me gusta tan poco que en todas mis casas he buscado siempre un lugar escondido donde dejar la ropa para planchar, en plan ojos que no ven, corazón que no siente, así sólo la veo cuando voy a dejar más ropa... un craso error, porque cuando hay poco pienso: Bah, para 2 cosillas no enciendo la plancha y cuando ya hay mucho: Buf, qué pereza, necesito mucho tiempo y ahora no dispongo de tanto. Y así hasta que llega un día en que necesito algo de lo que está sin planchar y entonces, como no hay más remedio, plancho y, ya puesta, plancho toda la montaña acumulada, acabo molida, odiando más si cabe esta tarea y prometiéndome que en el futuro plancharé más a menudo para que no me pase más, ja ja.

- lavar la ropa: lo de separar lo de color de lo blanco... a veces lo hago y a veces no, y así me luce el pelo, hay veces que en algún body blanco de la peque o en las camisetas de la mayor aparecen manchas sospechosas... bueno, mal menor, como es ropa interior, pasa. Pero alguna desgracia en alguna camisa blanca de las que dices adiós, ya la he liado... y a poner en remojo en lejía. Pero a la lejía le tengo un miedo... ¿y si me paso y acabo con la camisa desintegrada? ¿Y si me quedo corta y no se va la mancha? Y luego, con peques en casa, las manchas de comida, de barro, de tierra... que no vale meter en la lavadora y ya está (los anuncios de detergente mienten muchísimo, me río yo de lo de "El frotar se va a acabar"), primero frota a mano con jabón de pieza y cruza los dedos.

- tender y doblar la ropa: estas dos me gustan bastante, el problema es tener peques en casa que se pierde una cantidad de tiempo increíble tendiendo minicalcetines, minibraguitas, minipantalones,... que para una colada necesitas 200.000 pinzas y luego el tiempo que se pierde en doblar esas prendas tan pequeñas, uf

- limpiar cristales y espejos: con niños en casa nunca, repito, nunca tengáis una mesa de cristal o un espejo al alcance de su mano, es desalentador, siempre habrá alguna manita grasienta que vaya a posarse encima, da igual el producto superabrillantador que se use, esos limpian, pero no repelen la porquería, la grasa ni las babas. Pido desde aquí que lo inventen. Y limpiar los cristales de las ventanas es llamar a la lluvia, basta limpiarlos para que te los moje la lluvia.

- hacer los baños: es la típica tarea doméstica que también tiene una duración infinitesimal, con peques en casa que se lavan las manos ensuciando todo el cuarto de baño, tu frotas y frotas sus huellas, los restos de jabón y demás y al segundo y medio ya no brilla nada. Mister Proper o Don Limpio, como se hace llamar ahora, no tenía hijos, ni sobrinos ni nada, aunque con lo calvo que está... igual alguno sí. Ya no entro en describir la paliza que hay que pegarse cuando decides hacer la limpieza incluyendo las baldosas... Terminas de limpiar y te ves reflejada en las baldosas y en la mampara, sonrisa de satisfacción en la cara, pero entonces te das cuenta de que necesitas una ducha... ¡mierda! Todo tu trabajo se va al garete.

- barrer o pasar la aspiradora: lo de la escoba es difícil, sí, a la vez que barres vas levantando polvo. Para no levantar polvo, está la mopa, que arrastra, pero no llega a las esquinas tan bien como la escoba... Y el aspirador, está muy bien, pero cuando estás todo concentrado en aspirar ¡ay! llegas al límite del cable: suelta, busca otro enchufe libre (en mi casa es difícil, entre electrodomésticos, lámparas, tele, DVD, ordenador, cargadores varios,...) y sigue, y que luego, tienen menos flexibilidad que un funcionario italiano (sin ánimo de ofender), leches, que para pasarlo por debajo de la cama se queda con la parte que aspira cruzada y no aspiras ni una mota...

- limpiar el polvo: el plumero no sé quién lo inventó, pero se lució, no sé qué sentido tiene ir levantando el polvo a plumazos, si luego vuelve a posarse encima de donde estaba... Con el trapo es mucho más fácil, y con el spray abrillantador, mejor (mítico el anuncio de "tú el pronto y yo el paño", todos hemos querido lanzarnos y resbalar por encima de la mesa, jeje), pero cuando hay un millón de chorraditas expuestas en los muebles es un trabajo agotador, coge cada cosa, limpia el espacio que ocupa, limpia la cosa y vuelve a colocarla. Que lo de ir esquivando adornos, no cuela, que se nota mucho (sí, yo lo he probado, como todos, jeje). Recomiendo encarecidamente el estilo minimalista en la decoración de todas las casas.

- fregar los platos: el lavavajillas es un gran invento, bendito sea su inventor, si algún día soy alcaldesa de algún sitio, le dedicaré una calle. Yo después de comer no estoy nada, pero nada, activa y ponerme a lavar platos, cazuelas,... no es el mejor plan, la verdad. Si tienes dos pozas, eres afortunado, en una friegas y en la otra aclaras, como sólo tengas una, tienes que montarte un sistema organizado para colocar lo que vas fregando en un sitio del que no te cuele toda el agua con jabón... vamos, un lío. Y después, ¿qué es mejor? ¿Dejar que se escurra y se seque durante toda la tarde? ¿O nada más terminar de fregar, secar cada cosa y recoger? Ante todas estas dudas, lo mejor es el lavavajillas que usado correctamente, lava bien, seca y por dura que sea el agua de tu ciudad, no se ven las gotitas cuando se secan.

- pasar la fregona: este trabajo no me disgusta, hace años un español inventó el mocho con el palo, de manera que ya no había que limpiar el suelo de rodillas, menos mal, pero es un trabajo destinado a gente solitaria. Como estés acompañado en el momento de pasar la fregona, vas listo, porque fijo que alguien, sin querer, te pisará lo que acabas de fregar. ES como cuando te pintas las uñas, parece que el esmalte se ha secado, tocas y ¡ay, pues no! no se había secado y ya tienes la marquita en la uña. Pues lo mismo cuando pasas la fregona, el que estaba en el sofá con los pies en alto pensaba que ya estaba seco, pero no, y ahí dejas sus huellas para desazón tuya.

- coser: de esta tarea poco o nada tengo que decir, justo justo coser un botón y zurcir un calcetín. Y tengo que confesar que no uso dedal... una aberración para la gente que sabe coser, pero es que no me hago. El resto... se lo doy a mi mamá, jaja, lo que pasa que la tengo bastante lejos, pero vaya, que cuando viene o voy, aprovecho. Y si es un arreglo de ropa recién comprada, lo dejo en la tienda que siempre tienen costurera en nómina que hace las cosas en modo más profesional.

Quedan muchas más: limpiar la cocina, cuidar las plantas, lavar las cortinas, limpiar las persianas,... pero no sigo, que vuestro tiempo es oro, seguro que estáis delante del PC leyendo en vez de aprovechar el tiempo para hacer algo que no os gusta de esta lista. A mí la única tarea que me relaja es cocinar, aunque seguro que hay gente que la odia, es normal, hay gustos para todos. También habrá a quien le relaje planchar, pero bueno. Y conste que normalmente para hacer todas las que no me gustan, me pongo música, al menos, ya que hay que hacerlas, que sea con ritmo y alegría. En fin, me voy a planchar.

2 comentarios:

  1. jajajjajaja, no te imaginas lo totalmente representada que me siento... lo que me ha hecho dar cuenta de por qué estoy delante del ordenador... quizás por qué tendría que ir a hacer muchas de las cosas de esta lista y mi inconsciente me lo impide????

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  2. Jajajaja, también me pasa :)) Ya ves todo lo que escribí sólo para demorar un poco más toda la plancha. Y como llegue a casa y encienda el ordenador, estoy perdida ;-)

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