jueves, 29 de marzo de 2012

Me robó un beso

Este texto lo escribí el año pasado en el curso de italiano como ejercicio del uso del condicional compuesto... Es una historia real, me sucedió a mí.

En el verano de 1993 tuvo lugar en San Sebastián el Campeonato de Europa Junior de Atletismo. Yo había hecho el curso de Voluntario Olímpico antes de las Olimpiadas de Barcelona '92, así que me llamaron para hacer de voluntaria durante este evento deportivo. Tenía que hacer de guía de los equipos de Estonia y de Bosnia. Eran dos equipos pequeños, dos paises recién nacidos de la URSS y Yugoslavia.

En el equipo estonio había un chico que se llamaba Heiko. No hablaba inglés, así que sólo podíamos saludarnos: Hi! Good morning o Bye, bye! Él me sonreía y cuando yo le devolvía la sonrisa, bajaba la vista y yo pensaba: Qué tímido, qué mono!

Así llegó el día de la clausura: primero un acto oficial y después una gran fiesta para todos los atletas y voluntarios. Él vino a bailar conmigo, bailamos y después yo seguí divirtiéndome con dos atletas polacos que había conocido durante esos días. Al día siguiente, tenía que acompañar al equipo de Estonia al aeropuerto de Bilbao. Durante el viaje, vino y me dio una foto de carnet suya, pero sin palabras. Ya en el aeropuerto, me despedí de los otros dos atletas del equipo y del entrenador, que me dijo: Heiko is a nice boy (Heiko es un buen chico). Y mientras yo intentaba entender qué había querido decirme con ese a nice boy, Heiko se me acercó, me agarró de los hombros y me dio un beso en la boca. Después, volvió a sonreír, se giró y se marchó con su equipo.

Ese beso robado me dejó clavada unos segundos, cuando por fin reaccioné, también me giré para salir del aeropuerto y, de repente, me entraron ganas de llorar. Hoy, 18 años después de aquello, no he entendido aún por qué lloré. No lo he vuelto a ver ni he sabido nada de él. Entre nosotros quedó sólo aquel beso y su foto de carnet. ¿Qué habría pasado si me hubiera robado ese beso la noche anterior? ¿Qué me habría dicho si hubiese sabido hablar inglés? No lo sé y nunca lo sabré, pero me habría gustado decirle que su beso ha quedado en mi memoria como el beso más inesperado y sorprendente que me han dado jamás.

2 comentarios:

  1. Bastante interesante, sobre todo que los Estonios de "ese" tiempo son bastante distantes y sobre todo que ahora vivo en Estonia he sabido de historias de amor que jamás se escribieron por lo mismo de su ¨cultura¨ de no expresar sentmientos, los vatos jamás se atrevieron a expresar su sentir por ¨esa¨ chica. Creo que puedo decirte con toda confianza que fuiste muy afortunada de haber recibido tan gran expresión de sentmiento por parte de un Estonio de la vieja escuela.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, lector/lectora "Anónimo" (lástima que no te hayas identificado). A veces tengo la sensación de que quienes me leen son más tímidos que el chico estonio, nadie (si no es algún amigo mío) deja ningún comentario, ni para bien ni para mal.
      Lo cierto es que sé muy poco sobre los estonios y sus costumbres, te agradezco la explicación. Yo lo tomé como un impulso adolescente, un "me lío la manta a la cabeza y la beso, y que me quiten lo bailao", total, no íbamos a vernos nunca más.
      Repito, gracias por leerme y por dejar aquí tu reflexión. Un saludo hasta Estonia

      Eliminar